
Yo hoy sería tan bonita y normal como otra muchacha de mi edad, pero no ha podido ser así, me lo has prohibido, arrebatándome la vida sin darme el placer de sonreír…
Iríamos juntas del brazo y pasearíamos comentando las pequeñas preocupaciones diarias, las pequeñas alegrías del momento, como quizás que prefería estudiar, que chico habría hecho latir mi corazón por primera vez: tantas y tantas cosas que han quedado pendientes…
Como madre e hija y te cuidaría como hacen todos los hijos que se precien de serlo, pero sólo siento pena y lastima por ti “madre”.
Tan sólo has sentido placer al engendrarme, en el hipotético caso que lo sintieses, no por amamantarme, criarme, educarme y verme crecer.
Estuviste en la cárcel pagando por ello y aun has tenido suerte a tu salida de encontrar un pobre hombre que te mime, acompañe y cuide de tus necesidades…
Te has fijado, madre, en esa otra niña que nació el mismo día que yo, en como ríe, en como respira, en como corre como si hubiera meta al final del camino…
Y yo sólo puedo mirarte desde el cielo esperando encontrarme contigo algún día sabiendo en carne propia lo que se siente al tener una “madre” que no quiere tenerte a su lado, una "madre" que se ha negado a serlo…
Me dejaste tirada en un contenedor de la basura en el centro de la ciudad…
Aun hoy no soy capaz de entenderlo para poder perdonarte, dejaste que me ahogase encerrada en una bolsa de basura…
¿Tan poco valía “madre”?
Siento que no puedo comunicar a nadie mi fatal desenlace para que el mundo sepa tu desaprensión sin una lógica entendible.
Pero hoy lo está haciendo la madre de esa niña, que tuvo la inmensa suerte de llegar al mundo ese fatídico día mío, “madre”.
Y que feliz está y se siente esa madre que es auténtica, menos cuando se encuentra contigo y se le destroza el corazón, al pensar en mi “madre”, sin haberme visto ni conocido. Sin embargo lleva veintiséis años sin quitarme de su cabeza, tan sólo por saber mi infortunio.
¿Serás “madre” un ser frío y sin entrañas?
Y aun te pones zapatos de tacones y alzas la cabeza…
¿Y me podrías decir si en tu corazón hay un átomo de felicidad?
¡¡Porque yo no te la puedo desear ni hoy ni nunca!!
Me abandonaste y mis llantos no te conmovieron lo más mínimo hasta dejarme expirar agotada de tanto llorar…
¿Nunca has sentido un dolor atenazador, en el pecho “madre”?...
(Es un hecho real)
La Gata Coqueta

SOBRAN LAS PALABRAS... ¡¡FELIZ DEMANA AMIG@S!!